Nota: 5
Dirección: Shawn Levy
Guión: Leslie Bohem, John Gatins, Dan Gilroy, Jeremy Leven (Historia : Richard Matheson)
Reparto: Hugh Jackman, Dakota Goyo, Evangeline Lilly,Kevind Durand
Fotografía: Mauro Fiore
Música: Danny Elfman
Los robots, como los superhéroes, están de moda. El éxito de las películas de “Transformers(1,2 y 3)” ha animado a Dreamworks a producir historias como la de “Real Steel”, una aventura futurista de robots boxeadores protagonizada por Hugh Jackman. Como con la saga de Optimus Prime, la productora de Spielberg ha construido “Acero Puro” pieza por pieza para dejar K.O a las películas que la acompañen en taquilla. Aquel que busque solo un entretenimiento espectacular para pasar el rato quedará ampliamente satisfecho, pero el iluso que pretenda encontrar algo de profundidad en las más de dos horas que dura la película, se dará con un canto en los dientes.
Argumento: Año 2020. El boxeo entre humanos ha pasado a mejor vida y ahora son los robots los que se suben al ring. Charlie Kenton(Hugh Jackman), un exboxeador, se dedica sin mucho éxito a entrenar y especular con robots por todos los EEUU. Un día, su desconocido hijo(Dakota Goyo) de 11 años entra en su vida.
Viendo el resultado, no es de extrañar que el encargado de llevar al cine la adaptación del relato original del mítico Richard Matheson (“El Increíble Hombre Menguante”) haya sido Shawn Levy. El director de Montreal demuestra, si no lo había hecho ya con “Doce en Casa” o “Noche en el Museo”, que es un realizador de encargo: dócil, familiar y eficiente. Levy emplea con oficio el tremendo presupuesto (unos 80 millones de dólares) que tiene a su disposición; los resultados de esta inversión se notan sobre todo en los impresionantes robots y en el mimo con el que se ocupan de la iluminación y de una música y unos paisajes poderosos. Por el contrario, la historia, los personajes y el subtexto potencial son cosas en las que Levy prefiere no concentrarse demasiado, no vaya a ser que algún niño se pierda.
Todos recordamos esos carismáticos exboxeadores que interpretaron grandes como Montgomery Clift en “De aquí a la eternidad”, John Wayne en “El Hombre Tranquilo”, Russell Crowe en “Cinderella Man” o el oscarizado Christian Bale en “The Fighter”. Al igual que ellos, en “Real Steel” Hugh Jackman es un púgil retirado de pasado difícil, un hombre condicionado por sucesos en su vida que, por alguna razón, no ha conseguido superar. Sin embargo, su personaje carece de sustancia, cumpliendo su función de protagonista al servicio de una historia contada con el piloto automático.
A pesar de la pereza que da ver a un buen actor como Jackman en un papel tan insulso, los otros dos personajes principales, Dakota Goyo y Evangeline Lilly, se defienden bastante dignamente dentro de la linealidad de sus personajes.
La historia de “Acero Puro” es atractiva, pero previsible, facilona y ridículamente emotiva en su desarrollo. Incluso alguna idea que podía ser interesante, como el planteado conflicto entre el hombre y la modernidad, se pierde en la inmensidad de un guión que, pese a haber sido manoseado por cuatro guionistas distintos, parece salido del despacho de un directivo de marketing.
Seguramente “Acero Puro” no acabe siendo una película destacada dentro del género de la ciencia-ficción, pero la cantidad de dinero que va a recaudar nos garantiza robots por un tiempo. A mí, sinceramente, con estos me basta y me sobra.
Arturo Tena